La primera vez que probé la combinación de entraña jugosa con chimichurri casero fue durante un viaje a Buenos Aires. Desde entonces, estos tazones de arroz con entraña se han convertido en mi salvación para esas noches entre semana cuando anhelo una cena con sabor a restaurante sin salir de casa. La magia ocurre cuando la entraña, sellada a la perfección, descansa sobre una cama de arroz blanco esponjoso antes de recibir una generosa cantidad de chimichurri brillante de hierbas y cítricos. Para completar esta experiencia gastronómica, añado cebollas rojas encurtidas y mis vegetales de temporada favoritos, creando así un equilibrio perfecto entre lo salado, lo ácido y lo fresco en cada bocado.
Esta receta ha sido creada pensando en la practicidad sin sacrificar el sabor. Para obtener los mejores resultados, tenga en cuenta estas recomendaciones: