Recuerdo vívidamente el primer domingo que preparé estos tacos de brisket en mi olla de cocción lenta. Era uno de esos días donde quería impresionar a mi familia sin pasar horas en la cocina. El aroma que llenó toda la casa durante esas ocho horas de cocción lenta creó una anticipación increíble. Cuando finalmente probamos el primer taco, supimos que habíamos descubierto algo especial: carne tan tierna que se deshace con solo mirarla, envuelta en tortillas calientes y acompañada de nuestros ingredientes favoritos.

Esta receta se ha convertido en nuestra tradición dominical, especialmente cuando tenemos invitados. La belleza de este platillo radica en su simplicidad engañosa: requiere mínima preparación pero ofrece resultados dignos de un restaurante. Además, el hecho de que la olla de cocción lenta haga todo el trabajo pesado significa que puedes disfrutar de tu día mientras se cocina lentamente hacia la perfección.