La primera vez que preparé este salteado de pollo con tirabeques fue durante mis años universitarios. Después de un largo día de clases, llegué a casa agotada y sin ganas de cocinar algo elaborado. Sin embargo, recordé que mi abuela siempre decía: “Con pocos ingredientes pero buenos, se pueden hacer maravillas”. Abrí el refrigerador encontrando apenas unas pechugas de pollo, tirabeques frescos y un pimiento rojo solitario. Aquella noche improvisé este plato que, con el tiempo, se ha convertido en mi salvavidas culinario. A través de los años, he ido perfeccionando la receta hasta conseguir el equilibrio perfecto entre sencillez y sabor que hoy comparto contigo.
El éxito de este plato radica en la frescura de sus ingredientes, especialmente los tirabeques. Busca aquellos que sean de un verde brillante, firmes y que hagan un sonido de “snap” al romperlos, indicando su frescura ideal.
La temperatura del wok o sartén es crucial en esta receta. Si no está lo suficientemente caliente, los ingredientes se cocinarán al vapor en lugar de saltearse, perdiendo textura. Por otro lado, si está demasiado caliente, los ingredientes podrían quemarse antes de cocinarse adecuadamente.
Este plato es perfecto para utilizar restos de pollo asado o verduras que tengas en el refrigerador. La filosofía de los salteados orientales se basa precisamente en aprovechar los ingredientes disponibles, así que siéntete libre de experimentar.