Cuando las hojas comienzan a cambiar de color y el aire fresco anuncia la llegada del otoño, mi cocina se llena de aromas reconfortantes que despiertan recuerdos de tardes acogedoras. Este risotto de calabaza butternut con cebada perlada se ha convertido en mi refugio culinario favorito durante esta época del año. La primera vez que lo preparé, buscaba una alternativa más saludable al risotto tradicional, pero descubrí algo mucho más especial: una receta que combina la cremosidad reconfortante del risotto clásico con los beneficios nutricionales de la cebada perlada.
Precalienta el horno a 200°C (400°F). Mientras tanto, forra una bandeja para hornear con papel pergamino. En un tazón mediano, mezcla los cubos de calabaza con 2 cucharadas de aceite de oliva hasta que estén bien cubiertos.
Distribuye la calabaza en la bandeja preparada formando una sola capa uniforme. Seguidamente, sazona generosamente con sal y pimienta. Hornea durante 30-35 minutos, volteando a la mitad del tiempo, hasta que la calabaza esté tierna y ligeramente caramelizada. Reserva mientras preparas el risotto.
Mantén el caldo caliente en una olla pequeña a fuego bajo durante todo el proceso de cocción. En una sartén grande y pesada, calienta la cucharada restante de aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla picada y cocina durante aproximadamente 5 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que esté translúcida y fragante.
Incorpora el ajo picado y continúa cocinando por 1-2 minutos adicionales hasta que desprenda su aroma característico. Posteriormente, agrega el tomillo seco y remueve constantemente durante 1 minuto hasta que las hierbas liberen su fragancia.
Añade la cebada perlada a la sartén y cocina durante 2-3 minutos, removiendo frecuentemente, hasta que los granos estén ligeramente tostados y desprendan un aroma a nuez. Este paso es crucial para desarrollar sabor y textura.
Vierte el vino blanco y cocina, removiendo ocasionalmente, hasta que se evapore completamente. El alcohol se cocinará, dejando solo los sabores concentrados que enriquecerán nuestro risotto.
Reduce el fuego a medio-bajo y comienza a agregar el caldo caliente, una taza a la vez. Remueve frecuentemente y permite que cada adición de caldo se absorba completamente antes de agregar la siguiente porción. Este proceso tomará aproximadamente 25-30 minutos.
La paciencia es clave en esta etapa; cada adición de caldo debe incorporarse gradualmente mientras remueves con movimientos suaves pero constantes. La cebada estará lista cuando esté tierna pero mantenga una ligera firmeza al morderla.
Retira la sartén del fuego cuando la cebada esté perfectamente cocida y la mezcla tenga una consistencia cremosa. Inmediatamente, incorpora la calabaza asada y el queso parmesano rallado, mezclando suavemente para combinar todos los ingredientes sin romper los cubos de calabaza.
Prueba y ajusta la sazón con sal y pimienta según tu preferencia. Finalmente, sirve inmediatamente decorado con perejil fresco picado y queso parmesano adicional.
La textura final del risotto debe ser cremosa pero no líquida; la cebada debe mantener una ligera firmeza al morderla, similar al punto “al dente” del arroz. Si prefieres evitar el vino, sustitúyelo por 1/2 taza adicional de caldo o una cucharada de vinagre de vino blanco para añadir acidez.
El risotto tiende a espesarse mientras reposa, por lo que si no lo sirves inmediatamente, añade un poco de caldo caliente antes de servir para restaurar la cremosidad deseada. La clave del éxito radica en la paciencia y el removido constante durante la cocción.