Aún recuerdo las tardes de domingo en casa de mi abuela, donde el aroma de sus patatas machacadas caseras inundaba toda la cocina. Sin embargo, su método tradicional requería atención constante y numerosos utensilios que limpiar después. Por fortuna, descubrí esta maravillosa técnica de preparar puré de patatas en olla de cocción lenta que ha revolucionado completamente mi forma de cocinar este clásico acompañamiento.
La primera vez que probé esta receta fue durante una cena navideña donde necesitaba liberar espacio en la cocina. Desde entonces, se ha convertido en mi método preferido, no solo por su sencillez sino también por el increíble sabor y textura que consigue. Este puré cremoso y reconfortante evoca ese auténtico sabor casero que todos adoramos, pero con la comodidad moderna que nos permite disfrutar de nuestro tiempo mientras se cocina.
Comienza pelando las patatas russet y cortándolas en trozos de unos 2,5 cm. Esta uniformidad en el tamaño garantiza una cocción homogénea de todas las piezas. A continuación, coloca las patatas troceadas en la olla de cocción lenta. Seguidamente, vierte el caldo de pollo o vegetal, asegurándote de que las patatas queden mayormente cubiertas. Este líquido ayudará a que se cocinen adecuadamente y adquieran una textura suave y tierna.
Cubre la olla con su tapa y ajusta la temperatura al nivel bajo durante aproximadamente 6-7 horas. Después de 6 horas, comprueba su punto de cocción: deberían estar tan tiernas que se puedan atravesar fácilmente con un tenedor. Si esto ocurre, significa que han alcanzado el punto perfecto para ser machacadas. En caso contrario, déjalas cocinar un poco más hasta conseguir la textura deseada.
Una vez que las patatas estén cocinadas, es momento de añadir los ingredientes cremosos que harán que este puré sea verdaderamente especial. Por consiguiente, incorpora el queso crema previamente ablandado, la crema agria y la leche directamente en la olla. Con ayuda de un machacador de patatas o una batidora de mano, tritura todos los ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea y suave. El objetivo es obtener un puré cremoso y delicioso, sin grumos pero con suficiente textura para mantener su carácter casero.
Ahora, mezcla el queso cheddar rallado y la cebolleta picada. Si has optado por incluir bacon, este es el momento de añadirlo también. Posteriormente, remueve todo con cuidado hasta que el queso se derrita por completo y se integre en el puré. Sin duda, en este punto tu cocina se llenará de un aroma irresistible que despertará el apetito de toda la familia.
Ha llegado el momento de sazonar tu creación. Por tanto, añade sal y pimienta al gusto, ajustando la cantidad según tus preferencias personales. Prueba el puré mientras lo sazonas para asegurarte de que el equilibrio de sabores es perfecto. Una vez sazonado, sirve el puré caliente en una fuente bonita o bowl. Para finalizar con un toque especial, no olvides decorar con cebolleta extra picada y trocitos de bacon si te apetece. ¡Disfruta de tu rico y cremoso puré de patatas casero!