¡Hola a todos los amantes de la comida casera! Hoy comparto con ustedes una de mis recetas favoritas para esos días fríos o cuando necesitamos un abrazo culinario: Pollo y Bollos en Olla Lenta. Descubrí esta receta hace años cuando buscaba formas de llevar los sabores de mi infancia a mi ajetreada vida adulta.
Cada vez que preparo este plato, mi hogar se llena con aromas que me transportan directamente a la cocina de mi abuela. Hay algo verdaderamente mágico en cómo los ingredientes simples se transforman durante la cocción lenta, creando un guiso cremoso con bollos esponjosos que floran sobre él como nubes. Es uno de esos platos que, sin importar cuán sofisticado se vuelva tu paladar con los años, siempre te reconforta y te hace sentir en casa.
Comienza colocando las pechugas de pollo en la olla lenta. Añade la crema de pollo condensada, el caldo de pollo, la cebolla picada, las zanahorias en rodajas, el apio en rodajas, el ajo en polvo, el tomillo, el perejil, y sazona con sal y pimienta. Revuelve suavemente hasta que todo esté bien combinado. Esta será la base sabrosa para tu plato.
Cubre la olla lenta y configúrala para cocinar a temperatura baja durante 6-7 horas. El objetivo aquí es tener el pollo bien cocido y muy tierno para que pueda deshilacharse fácilmente después. Mientras tanto, ¡relájate y deja que la olla lenta haga su magia!
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, retira cuidadosamente el pollo de la olla lenta usando pinzas o una cuchara ranurada. Deshilacha el pollo utilizando dos tenedores y luego devuélvelo a la olla lenta. Revuelve para combinarlo con la salsa y las verduras. ¡Tu sabrosa base ya está casi lista!
En un recipiente aparte, mezcla la harina, el polvo de hornear y la sal. Luego añade la leche y la mantequilla derretida, revolviendo suavemente solo hasta que todo esté integrado en una masa. Ten cuidado de no mezclar demasiado; algunos grumos son normales y deseables.
Ahora es el momento de colocar cucharadas de la masa de bollos sobre la mezcla de pollo en la olla lenta. Asegúrate de que los bollos estén colocados en la superficie y no completamente sumergidos, ya que se expandirán durante la cocción. ¡Aquí es donde ocurre la magia!
Cubre nuevamente la olla lenta, pero ahora cámbiala a temperatura alta y cocina durante 30-40 minutos. Durante este tiempo, los bollos se inflarán y se volverán esponjosos. Sabrás que están listos cuando ya no estén crudos en el centro. Revísalos después de aproximadamente 30 minutos para ver cómo van.
En los últimos 10 minutos de cocción, incorpora los guisantes congelados para añadir sabor extra y un toque de color a tu plato. Su brillante color verde hace que todo se vea aún más apetitoso y aporta un contraste refrescante.
Una vez que los bollos estén cocidos, sirve tu plato de pollo y bollos caliente. Si lo deseas, espolvorea un poco de perejil fresco picado por encima para darle un acabado elegante. ¡Prepárate para disfrutar de un reconfortante y abundante plato de esta clásica receta!
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