Pollo y Arroz Griego en Sartén: Un Festín Mediterráneo en un Solo Recipiente

La primera vez que preparé este plato fue durante unas vacaciones familiares en casa de mi tía Elena, quien siempre ha sido una apasionada de la cocina mediterránea. Desde el momento en que los aromas de limón, orégano y ajo comenzaron a inundar la cocina, supe que había encontrado una joya culinaria. Lo que más me cautivó fue cómo algo tan sencillo podía transportarnos directamente a las costas griegas sin salir de casa. Ahora, cada vez que preparo este plato, no solo disfruto de sus sabores extraordinarios, sino también de los recuerdos que evoca.

¿Por qué amarás esta receta?

Esta receta de pollo y arroz griego en sartén reúne todo lo que buscamos en un plato perfecto. Por un lado, la combinación de sabores mediterráneos crea una experiencia gastronómica inolvidable que despierta todos los sentidos. No obstante, lo que realmente la hace especial es su increíble simplicidad: todo se cocina en un único recipiente, minimizando el tiempo de limpieza.

Además, la presentación resulta espectacular con sus rodajas de limón caramelizadas, el queso feta desmoronado y el toque de verde del perejil fresco. Es una receta que impresiona sin esfuerzo, ideal tanto para una cena familiar entre semana como para sorprender a invitados exigentes. En definitiva, este plato logra el equilibrio perfecto entre sofisticación y practicidad.

Ingredientes

Componentes principales:

• 6 muslos de pollo
• Sal kosher y pimienta negra recién molida
• 1 cucharadita de orégano seco
• 1 cucharadita de ajo en polvo
• 3 limones
• 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
• ½ cebolla roja, finamente picada
• 2 dientes de ajo, finamente picados
• 1 taza de arroz de grano largo
• 2½ tazas de caldo de pollo
• 1 cucharada de orégano fresco picado, más extra para decorar
• 1 taza de aceitunas verdes
• ½ taza de queso feta desmoronado
• ⅓ taza de perejil fresco picado

Para servir (opcionales):

• Pan pita caliente
• Yogur griego natural
• Ensalada verde fresca
• Rodajas adicionales de limón

Instrucciones paso a paso

Preparación inicial

1. Precalienta el horno a 190°C (375°F).
2. Sazona los muslos de pollo con sal y pimienta.
3. En un recipiente pequeño, mezcla el orégano seco, el ajo en polvo y la ralladura de 1 limón.
4. Frota esta mezcla de manera uniforme sobre los muslos de pollo.

Cocinado en la estufa

5. Calienta el aceite de oliva en una sartén grande apta para horno a fuego medio.
6. Añade el pollo con la piel hacia abajo y sella hasta que esté bien dorado, aproximadamente 7-9 minutos.
7. Retira el pollo a un plato y reserva.
8. En la misma sartén, agrega la cebolla y el ajo, salteando hasta que estén transparentes, unos 5 minutos.
9. Incorpora el arroz y saltea durante 1 minuto más; sazona con sal.
10. Vierte el caldo de pollo y lleva la mezcla a ebullición.
11. Añade el orégano fresco y el zumo del limón previamente rallado.
12. Corta los otros 2 limones en rodajas y reserva.

Finalización en el horno

13. Coloca el pollo, con la piel hacia arriba, sobre la mezcla de arroz.
14. Transfiere la sartén al horno y cocina hasta que el arroz haya absorbido todo el líquido y el pollo esté completamente cocinado, aproximadamente 20-25 minutos.
15. Enciende el gratinador (broiler) y coloca las rodajas de limón sobre el pollo.
16. Gratina hasta que los limones estén ligeramente chamuscados y la piel del pollo quede muy crujiente, unos 3 minutos.
17. Añade las aceitunas y el queso feta a la sartén, decora con perejil fresco y sirve inmediatamente.

Sugerencias para servir

Este festín mediterráneo es magnífico por sí solo, pero existen algunas combinaciones que realzan aún más su sabor. Una opción deliciosa es acompañarlo con triángulos de pan pita caliente, perfectos para recoger el arroz sabroso y los jugos del pollo.

También funciona maravillosamente con una pequeña ensalada griega fresca al lado, con pepino, tomate y un poco más de queso feta. Para equilibrar los sabores intensos, una cucharada de yogur griego natural resulta un complemento refrescante.

Durante el verano, este plato brilla especialmente en una cena al aire libre, acompañado de un vino blanco seco como un Assyrtiko griego o un Sauvignon Blanc. Sin embargo, independientemente de cómo decidas servirlo, lo importante es disfrutar de la experiencia completa: los aromas, colores y texturas que hacen de este plato una auténtica delicia mediterránea.

Variaciones de la receta

Versión con pechuga de pollo

Si prefieres la carne blanca, puedes sustituir los muslos por pechugas de pollo con hueso y piel. Reduce el tiempo de cocción en el horno a 15-18 minutos para evitar que se sequen, pero sigue los mismos pasos para conseguir una piel dorada y crujiente.

Opción vegetariana

Para una versión sin carne, omite el pollo y añade 400g de garbanzos escurridos y 2 tazas de verduras mediterráneas como calabacín, berenjena y pimientos en cubos. Reduce el caldo a 2 tazas y mantén el mismo tiempo de cocción en el horno, aproximadamente 20 minutos.

Versión picante

Para los amantes del picante, añade 1 cucharadita de hojuelas de chile rojo al saltear la cebolla y el ajo. Alternativamente, incorpora 2-3 pimientos picantes enteros durante la cocción en el horno y retíralos antes de servir para un toque de calor más sutil.

Consejos para preparar con antelación

Este plato permite cierta preparación previa para facilitar la cena en días ocupados. Puedes marinar el pollo con la mezcla de especias hasta 24 horas antes, manteniéndolo cubierto en el refrigerador. Esta preparación anticipada no solo ahorra tiempo, sino que intensifica los sabores.

Por otra parte, también puedes picar la cebolla, el ajo y las hierbas con antelación, guardándolos en recipientes herméticos en el refrigerador hasta por un día. No obstante, es preferible rallar el limón justo antes de cocinar para aprovechar al máximo su frescura y aroma.

Si bien el plato está en su punto óptimo recién hecho, las sobras se conservan bien hasta 3 días en el refrigerador. Para recalentar, añade unas cucharadas de caldo o agua para revitalizar el arroz y calienta en el horno a 160°C durante 15 minutos aproximadamente.

Notas importantes

• La clave para una piel de pollo perfectamente crujiente es asegurarse de que esté bien seca antes de sazonarla. Puedes secarla con toallas de papel.
• El arroz de grano largo funciona mejor en esta receta porque mantiene su textura sin volverse pastoso. Sin embargo, puedes experimentar con arroz integral aumentando el tiempo de cocción y añadiendo ½ taza más de caldo.
• Si no dispones de una sartén apta para horno, puedes transferir todo a una fuente de horno después de completar los pasos en la estufa.
• Las aceitunas verdes aportan un contraste salado esencial, pero si no son de tu agrado, puedes sustituirlas por alcaparras o simplemente omitirlas.
• Este plato conserva bien sus cualidades estéticas y de sabor, por lo que resulta perfecto para prepararlo justo antes de que lleguen los invitados.

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar pollo deshuesado para esta receta? Sí, puedes usar muslos de pollo deshuesados pero con piel. Reduce el tiempo de horneado a unos 15-18 minutos. Lo importante es mantener la piel para obtener esa textura crujiente característica del plato.

¿Qué tipo de arroz es mejor usar si no tengo arroz de grano largo? El arroz basmati es una excelente alternativa, manteniendo proporciones y tiempos similares. El arroz arborio o para risotto también funciona, pero necesitarás aproximadamente ¼ taza más de caldo y quedará con una textura más cremosa.

No me gustan las aceitunas, ¿con qué puedo reemplazarlas? Puedes sustituirlas por alcaparras para mantener ese toque salado mediterráneo, o usar tomates cherry partidos por la mitad que aportarán un agradable contraste dulce-ácido.

¿Cómo sé si el pollo está completamente cocinado? El pollo está listo cuando alcanza una temperatura interna de 74°C (165°F) y los jugos salen claros al pincharlo. Si no tienes termómetro, asegúrate de que la carne cerca del hueso no esté rosada.

¿Se puede congelar este plato? Sí, pero es preferible congelar solo el pollo y preparar el arroz fresco al recalentar. Si congelas el plato completo, el arroz puede cambiar su textura. Para mejores resultados, congela en porciones individuales hasta por 2 meses y descongela completamente antes de recalentar.

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