La primera vez que preparé este pollo glaseado con miel picante fue durante una cena improvisada con amigos. Desde aquel momento, se convirtió instantáneamente en uno de mis platos de emergencia favoritos. No obstante, lo que comenzó como una solución rápida para una noche sin ideas culinarias, ahora es frecuentemente solicitado por mi familia.
Con el pasar del tiempo, he perfeccionado cada detalle de esta receta, ajustando las proporciones hasta conseguir ese equilibrio perfecto entre dulzura y picante que tanto nos fascina. Por consiguiente, cada bocado ofrece una explosión de sabores que transforma una simple pieza de pollo en algo verdaderamente memorable.
Author:Maria
Prep Time:5 minutos
Cook Time:20 minutos
Total Time:25 minutos
Yield:4 porciones 1x
Category:Plato Principal
Method:Salteado
Cuisine:Fusión asiática
Ingredients
Scale
Para el Pollo:
450g de muslos o pechugas de pollo sin hueso ni piel, cortados en trozos pequeños
1 cucharada de aceite de oliva
Sal al gusto
Para el Glaseado:
3 cucharadas de miel pura
2 cucharadas de salsa de soja (preferiblemente baja en sodio)
2 dientes de ajo finamente picados
½ cucharadita de hojuelas de chile (o 1 cucharada de salsa picante, ajustar al gusto)
½ cucharadita de pimienta negra recién molida
Para Servir:
Perejil fresco picado
Semillas de sésamo (opcional)
Cebolleta picada (opcional)
Instructions
Preparación Inicial
Prepara el pollo secándolo completamente con papel absorbente. A continuación, córtalo en trozos uniformes de bocado para garantizar una cocción pareja.
Prepara todos los ingredientes antes de empezar a cocinar, dado que este plato se cocina rápidamente. Por lo tanto, tener todo listo facilitará enormemente el proceso.
Preparación del Glaseado
Combina los ingredientes del glaseado en un recipiente pequeño. Para ello, mezcla la miel, la salsa de soja, el ajo picado, las hojuelas de chile y la pimienta negra hasta obtener una mezcla homogénea.
Ajusta el nivel de picante según tus preferencias personales. En consecuencia, puedes aumentar o disminuir la cantidad de hojuelas de chile o salsa picante.
Cocción del Pollo
Calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-alto. Mientras tanto, sazona ligeramente los trozos de pollo con un poco de sal.
Añade el pollo a la sartén caliente sin apiñar las piezas. De esta manera, cada trozo tendrá espacio suficiente para dorarse adecuadamente en lugar de hervirse.
Cocina durante 3-4 minutos por cada lado hasta que el pollo esté dorado y cocido casi por completo. Sin embargo, ten cuidado de no sobrecocinar para mantener la jugosidad.
Finalización del Plato
Vierte el glaseado preparado sobre el pollo. Inmediatamente después, reduce el fuego a medio-bajo para evitar que la miel se queme.
Deja que la salsa se reduzca y caramelice durante aproximadamente 5 minutos. Durante este tiempo, voltea frecuentemente los trozos de pollo para asegurar que queden bien cubiertos con el glaseado.
Observa cómo la salsa espesa hasta convertirse en un glaseado brillante que se adhiere al pollo. Por ende, sabrás que está listo cuando alcance una consistencia similar a la del caramelo líquido.
Notes
Sobre el nivel de picante: Para una experiencia culinaria más suave, primero reduce la cantidad de chiles a la mitad, ya que siempre podrás añadir más picante al final si lo deseas.
En cuanto a la caramelización: Durante el proceso de reducción de la salsa, es fundamental remover constantemente, puesto que la miel puede quemarse rápidamente y arruinar el sabor del plato.
Respecto a la elección de la carne: Aunque los muslos de pollo son más jugosos y difíciles de resecar, sin embargo, las pechugas también funcionan perfectamente si prefieres una opción más magra.
Para lograr la textura perfecta: Antes de añadir el glaseado, asegúrate de que el pollo esté bien dorado, por lo tanto obtendrás un contraste maravilloso entre el exterior caramelizado y el interior jugoso.
Acerca de los acompañamientos: Mientras el arroz blanco es el complemento tradicional, además puedes experimentar con quinoa o fideos de arroz para variar la experiencia.
Sobre la conservación: Una vez preparado, este plato mantiene su sabor hasta tres días en refrigeración; no obstante, al recalentar añade una cucharadita de agua para revivir el glaseado.