La primera vez que preparé esta receta fue durante una tarde primaveral en la que deseaba algo ligero pero reconfortante. Había pasado meses disfrutando de sopas y guisos calientes durante el invierno, pero con la llegada de los días más cálidos, mi paladar anhelaba sabores frescos y vibrantes. Recuerdo perfectamente cómo el aroma del limón y la menta inundó mi cocina, transportándome instantáneamente a esas terrazas mediterráneas donde el tiempo parece detenerse.
A lo largo de los años, esta pasta se ha convertido en mi recurso infalible para cenas improvisadas con amigos o familiares. La combinación de los ingredientes es tan armoniosa que incluso los comensales más exigentes acaban pidiendo la receta. Lo que más me fascina es cómo algo tan sencillo puede resultar tan sofisticado y delicioso al mismo tiempo.
Author:Maria
Prep Time:15 minutos
Cook Time:15 minutos
Total Time:30 minutos
Yield:4 a 6 porciones 1x
Category:Plato Principal
Method:Cocción en una olla, Hervido
Cuisine:Italiana, Mediterránea
Ingredients
Scale
Componentes principales:
450 g (1 libra) de bucatini, espaguetis u otra pasta larga
1½ tazas de guisantes (frescos o congelados)
12 cuartos de corazones de alcachofa marinados, escurridos
3 cucharadas de mantequilla sin sal
½ taza de queso Pecorino rallado
2 cucharadas de zumo de limón fresco
Sal kosher al gusto
Para la guarnición:
2 cucharadas de menta fresca picada
Ralladura de limón
Pimienta negra recién molida
Instructions
Cocción de la pasta
Llena una olla grande con agua y añade una generosa cantidad de sal. Lleva el agua a ebullición a fuego alto.
Añade la pasta a la olla y cocina hasta que esté al dente, aproximadamente 6-8 minutos (o según las instrucciones del paquete). Es importante mantener la pasta ligeramente firme, ya que continuará cocinándose ligeramente después de escurrirla.
Un minuto antes de que la pasta esté lista, incorpora los guisantes en la misma olla. Este método no solo ahorra tiempo y utensilios, sino que también permite que los guisantes se cocinen perfectamente sin perder su color vibrante.
Antes de escurrir, reserva aproximadamente ½ taza del agua de cocción. Este líquido es crucial, ya que contiene almidón de la pasta que ayudará a crear una salsa sedosa y unificada.
Integración de los ingredientes
Escurre la pasta y los guisantes en un colador, e inmediatamente añade los corazones de alcachofa marinados. Remueve suavemente para combinar todos los ingredientes.
Este paso es importante para que el calor residual de la pasta entibie ligeramente las alcachofas sin cocinarlas en exceso, preservando así su textura y sabor característico.
Devuelve la mezcla de pasta y verduras a la olla original. El calor residual de la olla ayudará a mantener todo caliente mientras terminas de preparar el plato.
Finalización de la salsa
Añade la mantequilla y el queso Pecorino rallado a la olla con la pasta caliente. Remueve enérgicamente para que la mantequilla se derrita por completo y el queso comience a adherirse a la pasta.
Vierte el agua de cocción reservada y el zumo de limón fresco. Continúa removiendo constantemente hasta que se forme una salsa cremosa que recubra uniformemente toda la pasta.
Este proceso de emulsión es fundamental: el calor de la pasta derrite el queso, mientras que el almidón del agua de cocción y la grasa de la mantequilla se combinan para crear una textura aterciopelada.
Prueba y ajusta la sazón con sal al gusto. Recuerda que el queso Pecorino ya es bastante salado, así que comienza con una cantidad pequeña e incrementa según sea necesario.
Notes
La elección de la pasta es importante para esta receta. Los formatos largos como bucatini, espaguetis o linguine funcionan especialmente bien porque la salsa se adhiere perfectamente a ellos. El bucatini, con su característico agujero central, atrapa la salsa en su interior, creando una experiencia gastronómica aún más satisfactoria.
Si no encuentras queso Pecorino, puedes sustituirlo por Parmesano, aunque el resultado será menos salado y ligeramente menos intenso. En ese caso, considera añadir un poco más de sal al final.
Las alcachofas marinadas aportan un sabor ligeramente ácido que contrasta maravillosamente con la dulzura de los guisantes. Asegúrate de escurrirlas bien para evitar que su aceite de conservación altere el equilibrio de la salsa.
Este plato es perfecto para aprovechar guisantes frescos de temporada. Si tienes la suerte de encontrarlos, necesitarás aproximadamente 500 g de guisantes en vaina para obtener la cantidad indicada en la receta.