Siempre que el frío comienza a asomarse por las ventanas, mi mente viaja automáticamente a los sabores reconfortantes de mi infancia. Entre todos ellos, el pastel de pollo ocupa un lugar especial en mis recuerdos. Sin embargo, como adulta con poco tiempo libre, he adaptado esos sabores entrañables a una versión que combina lo mejor de dos mundos: la cremosidad del tradicional pastel de pollo y la practicidad de un plato de pasta. Esta Pasta Cremosa Estilo Pastel de Pollo se ha convertido en mi receta salvadora para esas noches en que necesitamos un abrazo desde dentro, pero sin complicaciones ni largas horas en la cocina.
Para comenzar, cocina los fideos tipo huevo siguiendo las instrucciones del paquete hasta que estén al dente. Una vez listos, escúrrelos y reserva. Volveremos a ellos en un momento, así que no te preocupes por ahora.
En una sartén grande (preferiblemente con fondo grueso), derrite la mantequilla a fuego medio. A continuación, añade la cebolla picada, el ajo picado y las coloridas verduras mixtas. Sazona todo con tomillo, aproximadamente ½ cucharadita de sal y ¼ de cucharadita de pimienta. Deja que todo se cocine hasta que las cebollas estén suaves y translúcidas, lo que generalmente toma unos 5 minutos.
¡Aquí es donde ocurre la magia! Espolvorea la harina sobre la mezcla de verduras y revuelve hasta que todo esté bien cubierto. Después, vierte el caldo de pollo y la crema espesa. Continúa removiendo y deja que hierva a fuego lento hasta que espese y adquiera una consistencia cremosa, aproximadamente 5 minutos. Esta salsa es realmente lo que hace especial a todo el plato.
Es hora de añadir los fideos cocidos y el pollo desmenuzado a la sartén. Mezcla todo hasta que esté bien cubierto con esa maravillosa salsa. Prueba y ajusta la sal y pimienta según sea necesario; quieres que cada bocado sea perfecto.
Si quieres darle un toque extra (lo cual recomiendo totalmente), espolvorea un poco de perejil fresco por encima. Además de aportar un bonito toque de color, añade un sabor fresco que complementa perfectamente el conjunto.
Para obtener el mejor sabor, considera usar caldo de pollo casero si dispones de él. El caldo casero añade una profundidad de sabor que los caldos comerciales no siempre logran aportar.
Las verduras congeladas mixtas son perfectas para esta receta por su conveniencia, pero si tienes verduras frescas de temporada, no dudes en usarlas. Solo asegúrate de blanquearlas ligeramente antes para que mantengan su textura y color vibrante.
Al desmenuzar el pollo, intenta hacerlo mientras aún está tibio, ya que es mucho más fácil que cuando se ha enfriado completamente. Además, los trozos de tamaño irregular aportan más interés textural al plato que los trozos perfectamente uniformes.
La clave de una buena salsa cremosa está en el tiempo que dedicas a cocinar la harina con las verduras antes de añadir los líquidos. Asegúrate de cocinarla al menos un minuto para eliminar el sabor a harina cruda.
Esta pasta es un lienzo perfecto para aprovechar sobras. Si tienes restos de pollo asado o verduras ya cocinadas en la nevera, puedes incorporarlos fácilmente a este plato para reducir el desperdicio de alimentos.
Si prefieres una versión más rústica, puedes hornear la mezcla final en una fuente para horno con pan rallado y queso por encima durante 15 minutos hasta que esté burbujeante y dorada, transformándola en una especie de “pasta al horno” estilo pastel de pollo.
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