La semana pasada, cuando el frío se colaba por las ventanas y necesitaba algo reconfortante pero con un toque diferente, creé esta receta que se ha convertido en favorita en mi hogar. Este plato combina la cremosidad adictiva de los clásicos macarrones con queso con el toque ahumado de la salchicha y el dulzor picante de la salsa BBQ. Es como un abrazo en forma de comida que además trae una explosión de sabores que te harán cerrar los ojos de placer con cada bocado.
Comienza llevando a ebullición una olla grande con agua generosamente salada. Esta es la base de todo buen plato de pasta: el agua debe saber como el mar. Añade los macarrones y cocínalos siguiendo las instrucciones del paquete hasta que estén al dente, con un ligero mordisco. Reserva aproximadamente 1/2 taza del agua de cocción antes de escurrir la pasta, ya que este líquido rico en almidón puede ser útil para ajustar la consistencia de la salsa más adelante.
Mientras la pasta se cocina, corta la salchicha ahumada en rodajas gruesas de aproximadamente 1 cm. Calienta una sartén grande a fuego medio-alto y añade las rodajas de salchicha. No necesitas aceite adicional, ya que la salchicha liberará su propia grasa. Deja que se doren hasta que los bordes estén crujientes y caramelizados, aproximadamente 3-4 minutos por cada lado. Este paso no solo cocina la salchicha sino que desarrolla sabores profundos que impregnarán toda la receta. Retira la salchicha y resérvala, pero ¡no limpies la sartén! Esos sabrosos residuos dorados potenciarán enormemente el sabor de la salsa.
Reduce el fuego a medio. En la misma sartén donde doraste la salchicha, añade la mantequilla y deja que se derrita. Una vez derretida, incorpora la harina batiendo constantemente con una varilla para crear un roux. Continúa cocinando esta mezcla durante aproximadamente un minuto hasta que desprenda un aroma a nuez, lo cual indica que la harina se está cocinando correctamente y perderá su sabor crudo. Con movimientos constantes, vierte gradualmente la leche en el roux, batiendo enérgicamente para evitar grumos. Mantén la paciencia y sigue removiendo hasta que la mezcla espese y forme una salsa suave y aterciopelada.
Baja el fuego a mínimo para evitar que el queso se separe. Incorpora gradualmente el queso cheddar rallado, removiendo constantemente hasta que se derrita por completo y la salsa adquiera una textura sedosa. A continuación, vierte la salsa BBQ en la mezcla, integrándola completamente. Espolvorea el pimentón y el ajo en polvo, sazonando con sal y pimienta negra al gusto. La combinación del queso afilado con la dulzura y el ligero picante de la BBQ crea un contraste de sabores verdaderamente adictivo.
Añade los macarrones escurridos a la salsa, mezclando suavemente hasta que cada pieza esté perfectamente envuelta en esa cremosidad. Si la salsa ha quedado demasiado espesa, es el momento de utilizar el agua de cocción reservada, añadiendo un poco a la vez hasta conseguir la consistencia deseada. Finalmente, incorpora las rodajas de salchicha dorada a la mezcla, distribuyéndolas uniformemente por todo el plato.
Deja que los macarrones y la salchicha se calienten juntos durante un par de minutos a fuego bajo. Este breve tiempo de reposo permite que los sabores se integren y desarrollen una armonía perfecta. Sirve el plato caliente, con alguna guarnición opcional si lo deseas, y prepárate para ver cómo desaparece rápidamente de la mesa.