Todavía recuerdo la primera vez que preparé este guiso. Fue durante unas vacaciones en la costa, cuando un pescador local me ofreció camarones tan frescos que prácticamente brillaban bajo el sol de la tarde. Con algunos tomates maduros que había comprado en el mercado esa mañana y unas cuantas especias básicas, improvisé este guiso que desde entonces se ha convertido en una receta emblemática en mi hogar.
Lo que comenzó como una necesidad —preparar algo rápido pero delicioso con ingredientes frescos— se transformó en uno de esos platos que traen consigo recuerdos de brisa marina y conversaciones relajadas. Cada vez que lo cocino, mi cocina se llena de aromas que me transportan a aquellas vacaciones, y ese sentimiento de bienestar es justamente lo que espero compartir contigo a través de esta receta.
En una olla grande o cacerola tipo Dutch oven, vierte el aceite de oliva y caliéntalo a fuego medio. Una vez que el aceite esté caliente, incorpora la cebolla picada y el pimiento verde cortado en cubitos. Sofríe estos ingredientes juntos hasta que la cebolla se vuelva translúcida, lo que debería tomar aproximadamente 5 minutos. Durante este proceso, remueve ocasionalmente para asegurar una cocción uniforme. Esta base aromática constituirá el fundamento de sabores sobre el cual construiremos nuestro guiso.
Ahora es el momento de intensificar los aromas. Añade el ajo finamente picado, el pimentón, la pimienta de cayena y el orégano seco a la olla. Cocina esta mezcla durante un minuto adicional, removiendo constantemente para evitar que el ajo se queme. Pronto notarás cómo la cocina se llena de un aroma irresistible mientras las especias liberan sus aceites esenciales y sabores. Este paso es crucial para despertar el perfil aromático de nuestro guiso.
A continuación, incorpora los tomates cortados en cubitos (asegúrate de incluir su jugo si estás usando tomates enlatados) y los granos de maíz. Mezcla todos los ingredientes hasta que estén bien combinados, permitiendo que los sabores comiencen a integrarse. Después, vierte cuidadosamente el caldo de verduras o de marisco en la olla. Lleva la mezcla a ebullición y, una vez que comience a hervir, reduce el fuego para que el guiso pueda cocer a fuego lento durante aproximadamente 10 minutos. Este período de cocción lenta permite que todos los ingredientes se amalgamen armoniosamente.
Tras el período de cocción a fuego lento, es momento de ajustar el sabor del guiso. Prueba un poco del caldo y añade sal y pimienta negra según sea necesario, recordando que los camarones también aportarán algo de salinidad natural. Con el guiso ya sazonado, incorpora suavemente los camarones a la olla. Cocina hasta que los camarones cambien a un tono rosado y estén completamente cocidos, lo que generalmente toma unos 5 minutos. Es importante vigilar atentamente este proceso, ya que los camarones se cocinan rápidamente y pueden volverse gomosos si se pasan de cocción.
Una vez que los camarones estén perfectamente cocidos, retira la olla del fuego. Para darle un toque final de frescura y color, espolvorea el perejil recién picado por encima del guiso. Si prefieres un poco más de picante, añade algunas hojuelas de pimiento rojo según tu gusto personal. Sirve el guiso caliente, idealmente acompañado de un buen pan crujiente para mojar en el sabroso caldo o sobre una cama de arroz blanco que absorberá todos esos deliciosos sabores.
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