Rápido resumen
Estas galletas, muy fáciles de preparar, requieren ingredientes básicos de cocina y un toque de técnica para lograr esa textura ligera y aireada que las caracteriza. Son ideales para desayunos o brunches, y se pueden disfrutar tanto dulces como saladas.
Desglose de ingredientes
- 250 g de harina de trigo
- 2 cucharaditas de polvo de hornear
- ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
- ½ cucharadita de sal
- 60 g de mantequilla fría en cubos
- 180 ml de suero de leche (buttermilk) o leche con una cucharadita de vinagre
- Mantequilla derretida adicional para pincelar

Receta paso a paso
- Precalienta el horno:
Calienta el horno a 220 °C y prepara una bandeja para hornear con papel vegetal. - Mezcla los ingredientes secos:
En un bol grande, combina la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato y la sal. - Agrega la mantequilla:
Incorpora la mantequilla fría cortada en cubos. Usa tus dedos o un cortador de masa para integrarla hasta obtener una textura arenosa, con pequeños trozos visibles de mantequilla. - Añade el suero de leche:
Vierte el buttermilk poco a poco, mezclando suavemente con una espátula hasta formar una masa. No la trabajes demasiado para evitar que las galletas queden duras. - Forma las galletas:
Vuelca la masa sobre una superficie enharinada, aplástala suavemente con las manos hasta que tenga unos 2 cm de grosor. Corta círculos con un cortador o vaso. - Hornea:
Coloca las galletas en la bandeja, tocándose ligeramente entre sí (esto ayuda a que suban más). Hornea durante 12–15 minutos o hasta que estén doradas. - Finaliza con mantequilla:
Pincela las galletas calientes con mantequilla derretida para un acabado más sabroso y brillante.
Errores a evitar
- No usar mantequilla fría: La clave para que suban bien y tengan textura hojaldrada es que la mantequilla esté fría.
- Amasar demasiado: El exceso de manipulación endurece la masa.
- Separar demasiado las galletas: Para que crezcan hacia arriba y no hacia los lados, deben tocarse levemente al hornear.
¿Por qué te encantarán estas galletas?
Porque son suaves, tiernas, y tan sabrosas que no necesitarás más que un poco de mantequilla o miel para disfrutarlas. Además, se preparan en menos de 30 minutos, no requieren batidora ni ingredientes complicados, y siempre quedan bien. Son ideales para acompañar huevos, embutidos, o para disfrutar con café o té.

Consejos para personalizar tu receta
- Añade queso rallado o hierbas secas para una versión salada.
- Hazlas dulces con un poco de azúcar y canela en la masa.
- Congela la masa ya cortada y hornea directamente cuando las necesites.
Resumen
Las galletas Bojangles caseras son una joya del desayuno sureño. Con su textura esponjosa y su sabor mantequilloso, son perfectas para empezar el día con algo reconfortante y delicioso. Una receta fácil, rápida y que siempre deja a todos con ganas de más. ¡Hazlas una vez y repetirás seguro!