Cuando era niña, las reuniones familiares siempre incluían la clásica ensalada de papas de mi abuela. Sin embargo, hace unos años decidí reinventar esta tradición, combinando la nostalgia de aquellos sabores con una textura completamente nueva. Así nació mi versión de ensalada de papas aplastadas crujientes, que ahora se ha convertido en la estrella indiscutible de cada barbacoa y celebración familiar.
Primero, precalienta el horno a 220°C y forra una bandeja para hornear con papel pergamino. Si las bandejas son pequeñas, probablemente necesitarás dos para evitar que las papas se amontonen.
Posteriormente, coloca las papas en una olla grande con agua fría bien salada. Lleva el agua a ebullición a fuego medio y cocina durante 7-8 minutos, hasta que estén apenas tiernas al pincharlas con un tenedor. Es importante no cocinarlas demasiado para que mantengan su forma al aplastarlas.
Una vez cocidas, escurre las papas y déjalas enfriar ligeramente hasta que puedas manipularlas. Seguidamente, sécalas completamente con papel absorbente para eliminar el exceso de humedad, lo cual es crucial para lograr la textura crujiente deseada.
Transfiere las papas a la bandeja preparada y aplasta cada una suavemente hasta que tengan aproximadamente 0.5 cm de grosor. Utiliza un aplastador de papas o el fondo de un vaso, presionando con cuidado para mantener la forma general pero creando más superficie para el dorado.
Pincela las papas aplastadas con 2 cucharadas de aceite de oliva, asegurándote de cubrir toda la superficie expuesta. Luego, sazona generosamente con sal y pimienta, prestando especial atención a los bordes que se volverán más crujientes.
Hornea durante 45-60 minutos, volteándolas cuidadosamente a la mitad del tiempo de cocción. Las papas estarán listas cuando presenten un color dorado intenso y bordes visiblemente crujientes. Durante este tiempo, algunos trozos pequeños se desprenderán, guárdalos ya que serán perfectos para la decoración final.
Mientras las papas se hornean, prepara el aderezo mezclando la cucharada restante de aceite de oliva con el yogur griego, mayonesa, mostaza Dijon, jugo de limón, ajo picado y perejil. Bate hasta obtener una mezcla completamente homogénea y sin grumos.
Incorpora cuidadosamente el pepinillo y la chalota picados, luego prueba y ajusta la sazón con sal y pimienta según tu preferencia. Cubre el aderezo y refrigera hasta que las papas estén listas, permitiendo que los sabores se integren completamente.
La elección de papas es fundamental para el éxito de esta receta. Las papas bebé o fingerling funcionan mejor debido a su tamaño uniforme y textura cremosa. Evita las papas russet ya que tienden a desmoronarse demasiado al aplastarlas.
El secado completo después del hervido es crucial para lograr la textura crujiente deseada. Cualquier humedad residual impedirá que las papas se doren adecuadamente y desarrollen esos bordes crujientes tan característicos de esta receta.
La temperatura del horno debe mantenerse alta para crear el contraste perfecto entre exterior crujiente e interior cremoso. Si tu horno tiende a cocinar de manera desigual, rota las bandejas a la mitad del tiempo de cocción para asegurar un dorado uniforme.