Todavía recuerdo la primera vez que preparé esta ensalada. Era una tarde calurosa de verano y necesitaba algo refrescante pero sustancioso para acompañar la cena con amigos. Sin embargo, no quería pasar horas en la cocina. Al abrir mi refrigerador, encontré aguacates perfectamente maduros, maíz dulce y tomates cherry brillantes esperando ser transformados. Lo que comenzó como una improvisación se convirtió rápidamente en uno de los platos más solicitados por mi familia y amigos en cada reunión.

Esta ensalada no solo captura la esencia del verano con sus ingredientes frescos y vibrantes, sino que también ofrece una experiencia culinaria que estimula todos los sentidos. Además, su versatilidad la convierte en la acompañante perfecta para cualquier ocasión, desde una cena informal entre semana hasta una elegante celebración al aire libre.