La primera vez que preparé esta cazuela de enchiladas fue durante una reunión familiar improvisada. Había planeado hacer enchiladas tradicionales enrolladas, pero con el tiempo limitado y muchos invitados hambrientos, decidí transformar la receta en una versión de cazuela mucho más sencilla. Para mi sorpresa, ¡fue un éxito rotundo! Todos quedaron encantados con la combinación de sabores mexicanos tradicionales en un formato tan reconfortante y fácil de servir.
Esta cazuela combina todos los elementos que amamos de las enchiladas—tortillas de maíz, pollo jugoso, frijoles negros, maíz dulce y por supuesto, mucho queso derretido—pero sin el trabajo laborioso de rellenar y enrollar cada enchilada individualmente. El resultado es un plato reconfortante con capas de sabores que satisface ese antojo de comida mexicana, pero que es lo suficientemente sencillo para preparar incluso en un día laborable ajetreado.
Comienza precalentando el horno a 175°C (350°F). Mientras el horno se calienta, engrasa ligeramente una fuente para horno de 33×23 cm (9×13 pulgadas) para evitar que la cazuela se pegue. Este paso es fundamental para asegurar que puedas servir porciones perfectas más tarde, así que no escatimes en el engrasado, especialmente en las esquinas del recipiente.
En un recipiente grande, combina el pollo desmenuzado, los frijoles negros, el maíz, la salsa para enchiladas, los tomates en cubitos con chiles verdes, el comino molido, el chile en polvo, y una pizca de sal y pimienta. Mezcla bien todos los ingredientes hasta obtener una combinación homogénea y colorida. Los aromas que desprenderá esta mezcla empezarán a despertar el apetito de cualquiera que se encuentre cerca de la cocina. Esta mezcla es el corazón de tu cazuela y contiene todos los sabores tradicionales mexicanos que harán que este plato sea irresistible.
Ahora, toma aproximadamente la mitad de la mezcla de pollo y extiéndela uniformemente sobre el fondo de la fuente engrasada. Esta será la base sabrosa de tu cazuela y proporcionará una buena cantidad de humedad para las tortillas que colocarás encima. Asegúrate de extender la mezcla hasta los bordes de la fuente para que cada porción tenga la misma cantidad de sabor.
A continuación, coloca la mitad de los cuartos de tortilla sobre la mezcla de pollo, distribuyéndolos de manera que se solapen ligeramente. Espolvorea un tercio del queso rallado por encima. Las tortillas absorberán parte de los jugos de la mezcla de pollo mientras se hornean, ablandándose y adquiriendo un sabor más intenso. El queso empezará a derretirse durante la cocción, creando esa textura cremosa que todos adoramos en una buena cazuela.
¡Repite el proceso! Primero, añade la mitad de la mezcla de pollo restante, luego coloca los cuartos de tortilla restantes, y cubre con otro tercio del queso. Estás construyendo capas de sabor que se mezclarán maravillosamente durante la cocción. Esta técnica de capas asegura que cada porción contenga todos los elementos de la cazuela en cada bocado.
Para la última capa, añade la mezcla de pollo restante justo encima. Finalmente, espolvorea el resto del queso sobre todo. Esta capa superior de queso se derretirá y creará una cubierta dorada y burbujeante que es la firma de una cazuela perfecta. El queso no solo aporta sabor, sino que también ayuda a sellar la humedad dentro de la cazuela.
Cubre la fuente con papel de aluminio y colócala en el horno precalentado. Hornea durante aproximadamente 20 minutos. Después de este tiempo, retira cuidadosamente el papel de aluminio y hornea durante otros 10-15 minutos, hasta que el queso esté burbujeante y dorado. Tu cocina se llenará de aromas increíbles mientras se hornea. El horneado inicial con el papel de aluminio permite que todas las capas se calienten uniformemente, mientras que los minutos finales sin cobertura permiten que el queso se dore perfectamente.
Una vez que la cazuela esté lista, sácala del horno y déjala enfriar durante unos minutos. Esto ayuda a que las capas se asienten un poco y facilita el corte en porciones limpias. Cuando estés listo para servir, cubre cada porción con crema agria y espolvorea con cilantro fresco picado. Si deseas añadir más sabor y textura, puedes incluir aguacate en rodajas, jalapeños o cebolla roja picada. ¡Disfruta de tu abundante y sabrosa comida!