Todavía recuerdo la primera vez que preparé este cheesecake de bayas y melocotón. Era un cálido domingo de verano y mis amigos venían a cenar. Mientras buscaba una forma de aprovechar la abundancia de frutas frescas de temporada, recordé aquella receta que mi tía solía preparar durante nuestras reuniones familiares. Sin embargo, decidí darle mi toque personal añadiendo melocotones jugosos que había comprado en el mercado local. El resultado fue tan espectacular que, desde entonces, se ha convertido en mi postre estrella durante los meses estivales. La combinación de la suave textura del queso cremoso con la frescura de las frutas crea una experiencia sensorial que todos mis invitados recuerdan con cariño.
Para la base:
Para el relleno de cheesecake:
Para la cobertura:
Para servir (opcional):