Desde que descubrí esta receta durante un viaje por la costa mexicana, se ha convertido en una favorita en mi hogar. La combinación de sabores frescos me transporta inmediatamente a aquellas tardes cálidas junto al mar, donde los pescadores traían camarones recién capturados. Aunque ahora la preparo en mi cocina urbana, cada bocado evoca ese viaje inolvidable y las risas compartidas con amigos alrededor de una mesa llena de ingredientes coloridos y aromáticos.
Comienza preparando un marinado aromático que infundirá a los camarones con sabores profundos. En un recipiente mediano, mezcla el aceite de oliva junto con el pimentón ahumado, comino, chile en polvo y ajo en polvo. Añade el jugo de limón verde recién exprimido, que no solo aporta acidez sino que también ayudará a suavizar la textura de los camarones. Sazona generosamente con sal y pimienta.
Incorpora los camarones a esta mezcla, asegurándote de que cada pieza quede bien cubierta con el marinado. Déjalos reposar durante 15-20 minutos—suficiente tiempo para que absorban los sabores sin que el ácido del limón comience a “cocinarlos” químicamente.
Mientras los camarones se marinan, aprovecha para preparar la refrescante salsa de maíz. Si utilizas maíz fresco, puedes asarlo ligeramente para potenciar su dulzura natural. En un tazón amplio, combina el maíz con el pimiento rojo cortado en cubitos pequeños, aportando color y un toque dulce.
Añade el cebollín finamente picado, que brinda un sabor suave a cebolla sin dominar la mezcla. Incorpora el cilantro fresco, cuyo aroma herbáceo elevará todos los sabores. Finaliza con un chorro de jugo de limón verde y una pizca de sal, mezclando suavemente todos los ingredientes. Reserva en el refrigerador para que los sabores se intensifiquen.
Para el cremoso contraste que equilibrará los sabores ahumados y ácidos del plato, corta los aguacates por la mitad, retira los huesos y extrae la pulpa con una cuchara, depositándola en un recipiente. Con un tenedor, aplasta los aguacates hasta obtener una textura cremosa pero manteniendo algunos trozos pequeños para una consistencia interesante.
Añade inmediatamente el jugo de limón verde, que no solo realzará el sabor sino que también evitará que el aguacate se oxide. Sazona con sal y pimienta al gusto, mezclando delicadamente para incorporar todos los ingredientes sin comprometer la textura.
En un tazón pequeño, vierte la mayonesa o el yogur griego, dependiendo de si prefieres una opción más indulgente o más ligera. Incorpora el jugo de limón verde, la salsa picante (si deseas un toque de calor), el ajo en polvo y el pimentón ahumado.
Añade el cilantro picado y sazona con sal al gusto. Mezcla vigorosamente hasta obtener una consistencia homogénea. Si la salsa resulta demasiado espesa, puedes ajustar su textura añadiendo una pequeña cantidad de agua, mezclando después de cada adición hasta alcanzar la consistencia deseada.
Calienta una parrilla o sartén antiadherente a fuego medio-alto hasta que esté bien caliente. Retira los camarones del marinado, dejando que el exceso escurra, y colócalos cuidadosamente sobre la superficie caliente.
Cocina durante aproximadamente 2-3 minutos por cada lado, hasta que adquieran un tono rosado opaco y presenten marcas de parrilla ligeramente carbonizadas. Ten cuidado de no excederte en el tiempo de cocción para evitar que se sequen. Una vez listos, retíralos del fuego y mantenlos calientes.
Para servir este colorido festín, comienza con una base de arroz, quinoa o arroz de coliflor, distribuyéndola uniformemente en el fondo de cada bowl. A continuación, organiza armoniosamente los componentes: coloca una generosa porción de salsa de maíz, seguida del cremoso puré de aguacate.
Acomoda los camarones a la parrilla sobre estos ingredientes, creando altura y un punto focal visual. Finaliza con un generoso chorrito de la salsa cremosa en zigzag sobre toda la preparación. Como toque final, espolvorea cilantro fresco picado, que aportará frescura y un contraste de color vibrante.