La primera vez que probé una verdadera bisque de mariscos fue durante un viaje a la costa atlántica francesa. Aquella tarde lluviosa, con el sonido de las olas como música de fondo, descubrí que una simple sopa podía transportarme directamente al corazón del océano. Desde entonces, he perfeccionado mi propia versión que comparto hoy contigo. Este plato no es solo una receta; es una experiencia que conecta nuestros sentidos con la generosidad del mar.
Comienza derritiendo la mantequilla en una cacerola grande a fuego medio. Una vez derretida, incorpora la cebolla y el apio, cocinándolos hasta que estén suaves y translúcidos, aproximadamente unos 5 minutos. Durante este proceso, revuelve ocasionalmente para evitar que se doren demasiado.
A continuación, agrega el ajo picado y cocina por un minuto adicional hasta que libere su aroma característico. En este punto, espolvorea la harina sobre las verduras y cocina durante 2 minutos sin dejar de remover, creando así la base espesante de nuestra bisque.
Incorpora gradualmente la leche templada y el caldo de mariscos, removiendo constantemente para evitar la formación de grumos. Este paso es crucial para conseguir una textura aterciopelada. Añade después la pasta de tomate, las hojas de laurel y el condimento Old Bay, dejando que la mezcla hierva suavemente durante 5 minutos.
Pasado este tiempo, vierte la nata para cocinar y continúa la cocción a fuego lento durante otros 5 minutos hasta que la sopa adquiera una consistencia ligeramente espesa. La paciencia en esta etapa será recompensada con una textura perfecta.
Con la base ya lista, es momento de añadir las gambas y cocinarlas durante 3-4 minutos hasta que adquieran un tono rosado. Posteriormente, incorpora con delicadeza la carne de cangrejo y el jerez, calentando el conjunto durante 2 minutos más para que los sabores se integren sin cocinar en exceso los mariscos.
Por último, retira las hojas de laurel y ajusta la sazón con sal y pimienta blanca según tu gusto personal. La bisque debe tener un sabor equilibrado donde ningún ingrediente domine sobre los demás.