La primera vez que probé estos bastones de calabacín fue durante una tarde de verano cuando buscaba alternativas saludables a las patatas fritas tradicionales. Desde pequeña, siempre he sido amante de los aperitivos crujientes, pero con el tiempo he intentado encontrar opciones más nutritivas sin sacrificar el sabor.
Recuerdo perfectamente aquel día en que experimenté con calabacines frescos del huerto de mi tío. El aroma del parmesano mezclado con las especias mientras se horneaban creó una expectación que fue totalmente satisfecha con el primer bocado crujiente. Lo que comenzó como un experimento casual se ha convertido en una receta imprescindible en mi repertorio, solicitada constantemente por amigos y familiares en cada reunión.
Esta receta combina la frescura del calabacín con el sabor intenso del queso parmesano, creando un aperitivo que no solo es delicioso, sino también nutritivo y sencillo de preparar. Perfecto para quienes buscan opciones más ligeras sin renu
Comienza precalentando el horno a 220°C (425°F). Mientras tanto, forra una bandeja de horno con papel pergamino para facilitar la limpieza posterior y evitar que los bastones se peguen durante el horneado. Este paso inicial es fundamental para asegurar que el horno alcance la temperatura adecuada cuando estés listo para hornear los bastones.
Lava cuidadosamente los calabacines y sécalos con papel de cocina. A continuación, córtalos en rodajas de aproximadamente 0,5 cm de grosor. Es importante que todos los cortes tengan un grosor similar para garantizar una cocción uniforme. Si prefieres bastones en lugar de rodajas, puedes cortar los calabacines longitudinalmente en tiras de aproximadamente 1 cm de ancho por 7-8 cm de largo, dependiendo del tamaño de tus calabacines.
En un recipiente poco profundo, mezcla el pan rallado, el queso parmesano rallado, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, la sal y la pimienta. Remueve todos los ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea que servirá como cobertura crujiente para tus bastones de calabacín. La combinación de especias con el parmesano creará ese perfil de sabor característico que hace tan especial esta receta.
En otro recipiente separado, bate los huevos hasta que estén bien combinados. Este será el elemento adherente que permitirá que la mezcla de pan rallado y parmesano se adhiera perfectamente a cada trozo de calabacín. Asegúrate de batir bien los huevos para facilitar el proceso de rebozado.
Toma cada trozo de calabacín individualmente, sumérjalo primero en la mezcla de huevo, asegurándote de que quede bien cubierto. Posteriormente, pásalo a la mezcla de pan rallado y parmesano, presionando suavemente para que se adhiera bien por todos los lados. El objetivo es conseguir una cobertura uniforme que garantice la textura crujiente al hornear.
Dispón los trozos de calabacín rebozados en la bandeja preparada, organizándolos en una sola capa. Es fundamental que no se superpongan para que se horneen de manera uniforme y queden crujientes por todos lados. Una vez colocados todos los trozos, rocía ligeramente con spray de aceite o gotea un poco de aceite de oliva por encima para ayudar a que doren mejor y aumenten su crujiente.
Introduce la bandeja en el horno precalentado y hornea durante aproximadamente 20-25 minutos. A mitad del tiempo de cocción, voltea cuidadosamente cada trozo para asegurar que se doren uniformemente por ambos lados. Sabrás que están listos cuando presenten un color dorado atractivo y estén crujientes al tacto, manteniendo la ternura del calabacín en su interior.
Una vez horneados, retira los bastones de calabacín del horno y déjalos reposar unos minutos. Sírvelos calientes, y si lo deseas, espolvorea un poco más de queso parmesano rallado por encima para realzar el sabor. ¡Es el momento de disfrutar de tu delicioso y saludable aperitivo con la salsa de tu elección!