Mi primer contacto con las albóndigas agridulces fue durante una cena familiar en casa de mi abuela. Ella, siempre aventurera en la cocina a pesar de sus raíces tradicionales, había descubierto esta receta en una revista culinaria y decidió sorprendernos. Lo que parecía una fusión improbable entre nuestras clásicas albóndigas y sabores orientales, resultó ser un descubrimiento gastronómico que marcó mi paladar para siempre. Desde entonces, he perfeccionado esta receta, encontrando el equilibrio perfecto entre lo dulce y lo ácido, entre lo familiar y lo exótico. Hoy quiero compartir contigo esta joya culinaria que, además de deliciosa, se ha convertido en la estrella indiscutible de mis reuniones con amigos.
Author:Maria
Ingredients
Scale
Para las albóndigas:
450 gramos de carne molida de res
½ taza de pan rallado
1 huevo grande
1 cucharada de salsa de soja
1 cucharada de salsa Worcestershire
½ cucharadita de ajo en polvo
2 cucharadas de cebolletas finamente picadas
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de pimienta negra molida
Aceite en spray para cocinar
Para el salteado:
1 cucharada de aceite vegetal
1 pimiento mediano (naranja, amarillo o rojo), cortado en trozos de 2,5 cm
1 pimiento verde mediano, cortado en trozos de 2,5 cm
1 cebolla pequeña, cortada en trozos de 2,5 cm
1 taza de piña (enlatada o fresca), cortada en trozos de 2,5 cm
1 taza de salsa agridulce, casera o comprada
1 cucharada de cebolletas finamente picadas
1 cucharadita de semillas de sésamo blanco (para decorar)
Instructions
Preparación de las albóndigas:
Prepara la mezcla: En un recipiente grande, combina la carne molida con el pan rallado, huevo, salsa de soja, salsa Worcestershire, ajo en polvo, cebolletas, sal y pimienta. Mezcla meticulosamente con las manos o una espátula hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados.
Tiempo de reposo: Cubre el recipiente con film transparente y deja marinar la mezcla durante al menos 20 minutos en el refrigerador. Este paso permite que los sabores se desarrollen y que la textura se afirme.
Forma las albóndigas: Con las manos ligeramente humedecidas para evitar que la mezcla se pegue, toma aproximadamente dos cucharadas de la mezcla de carne y dales forma de albóndigas redondeadas de tamaño uniforme. Deberían salir aproximadamente 18 albóndigas.
Prepara para hornear: Precalienta el horno a 200°C. Mientras tanto, coloca las albóndigas sobre una bandeja para hornear forrada con papel pergamino y rocíalas ligeramente con aceite en spray para evitar que se peguen durante la cocción.
Cocción de las albóndigas:
Hornea las albóndigas: Introduce la bandeja en el horno precalentado y hornea durante 15 minutos, o hasta que estén completamente cocidas y la temperatura interna alcance los 74°C medida con un termómetro de carne. Métodos alternativos:
Fritura profunda: Sumerge las albóndigas en aceite caliente a 180°C durante 5-7 minutos.
Freidora de aire: Cocina a 175°C durante 12-14 minutos, volteándolas a mitad del proceso.
Reserva: Una vez cocidas, retira las albóndigas del horno y colócalas en un plato. Reserva mientras preparas el resto de los ingredientes.
Preparación del salteado:
Saltea las verduras: En una sartén grande, calienta el aceite vegetal a fuego medio-alto hasta que esté bien caliente y comience a chisporrotear (aproximadamente 1 minuto). Añade los pimientos y la cebolla, y saltea hasta que estén tiernos pero aún crujientes, unos 3-4 minutos.
Incorpora la piña: Agrega los trozos de piña al salteado y continúa cocinando durante un minuto más para que se integren los sabores.
Finaliza el plato: Añade las albóndigas cocidas y la salsa agridulce a la sartén. Remueve con cuidado para que las albóndigas se impregnen bien de la salsa y cocina hasta que la salsa comience a burbujear suavemente, aproximadamente 2-3 minutos.
Sirve: Retira del fuego, espolvorea con cebolletas picadas y semillas de sésamo. Sirve inmediatamente sobre un lecho de arroz blanco vaporizado.
Notes
Tamaño uniforme: Procura que todas las albóndigas tengan un tamaño similar para garantizar una cocción uniforme.
Prueba de cocción: Para asegurarte de que las albóndigas están en su punto, corta una por la mitad; no debería verse ninguna parte rosada en el interior.
Consistencia de la salsa: Si prefieres una salsa más espesa, puedes añadir 1 cucharadita de maicena disuelta en 1 cucharada de agua fría durante el último minuto de cocción.
Balance de sabores: La clave de una buena salsa agridulce está en el equilibrio. Si usas salsa comercial y la encuentras demasiado dulce, añade unas gotas de vinagre de arroz o zumo de limón para equilibrarla